Hoy soñé sobre cómo es morir. Sentí como si estuviera en un sueño y luego, cuando intentas regresar a tu cuerpo, te das cuenta de que ya no funciona. Ya no tienes un lugar al cual volver, y te quedas en un estado de pensamiento, en tu alma, en tu espíritu. Tu mente y tu espíritu están unidos, continúas pensando, continúas soñando, mientras observas cómo en el mundo real se ocupan de ti. Te llevan, no al hospital, sino directamente, a una funeraria. Te maquillan, te limpian y te visten. Te acuestan, se encargan de los trámites y te colocan en un ataúd. Todo debe ser rápido para evitar que tu cuerpo comience a descomponerse. Tu pensamiento persiste, como cuando sueñas. Luego, en ese sueño, vuelves a dormirte. Y es ahí donde ya no despiertas. Te vas. Regresas al lugar de donde viniste. Ya no hay pensamiento, ya no hay conciencia, ya no hay dolor.